León, Guanajuato.- Cuatro destacados deportistas olímpicos mexicanos inspiraron a cientos de jóvenes leoneses al compartir sus experiencias y vivencias durante la conferencia «Cómo cumplí el sueño olímpico», realizada en el marco del Fórum Educativo Vocacional y Profesiográfico 2025. El evento, que se desarrolló en un ambiente lleno de emoción y admiración, permitió a las nuevas generaciones conocer de primera mano las historias de sacrificio y triunfo que caracterizan la vida de un atleta de alto rendimiento.
La actividad fue presentada por Isaac Piña, director general de la COMUDE León, quien destacó la calidad humana y deportiva de los invitados. «Cada uno de ellos representa lo que significa creer en un sueño y trabajar todos los días para alcanzarlo», expresó al dar inicio a la conferencia que reunió a deportistas de diferentes disciplinas y épocas del olimpismo mexicano.
Los protagonistas del encuentro fueron Arturo «Mano Santa» Guerrero, basquetbolista olímpico en México 1968; Jorge Quiñones, voleibolista que compitió en Río 2016; Daniel Vargas, maratonista que participó en Londres 2012 y Río 2016; y Arantxa Chávez, clavadista presente en Londres 2012 y Tokio 2020. Cada uno de ellos compartió anécdotas personales, momentos difíciles de su carrera y el valor fundamental de la disciplina en su trayectoria deportiva.
El histórico Arturo «Mano Santa» Guerrero emocionó a la audiencia al recordar sus inicios y la pasión que lo llevó a representar a México en los Juegos Olímpicos de 1968. Con visible nostalgia, narró cómo tuvo que dejar a su madre para perseguir su sueño. «En el deporte no hay magia, hay trabajo diario, amor por lo que haces y la satisfacción de poner en alto a tu país», compartió ante los asistentes.
El veterano basquetbolista recordó con particular emoción cómo logró cumplir una promesa que le había hecho a su madre antes de su fallecimiento: convertirse en el mejor deportista de México. «Competí con grandes atletas profesionales; yo era el único amateur y aun así gané el Premio Nacional del Deporte en 1971. Un mes después mi madre falleció, pero lo hice con orgullo y con amor por ella», relató.
El maratonista Daniel Vargas abordó el tema del sacrificio y la fortaleza mental que requiere el alto rendimiento deportivo. «Correr un maratón olímpico no empieza el día de la competencia, empieza cada mañana que decides no rendirte. Son 42 kilómetros de esfuerzo, pero una enorme satisfacción al representar a tu país», explicó a los jóvenes presentes.
Vargas también compartió una anécdota sobre su inspiración para llegar a unos Juegos Olímpicos, la cual provino de otro deportista leonés. «Fue el boxeador José Luis Zertuche, a quien vi en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Pensé: si él pudo, yo también puedo. Doce años después, en 2012, logré hacerlo realidad», recordó.
Por su parte, el voleibolista Jorge Quiñones habló sobre la perseverancia y resiliencia necesarias para alcanzar la cima del deporte. «Llegar a Juegos Olímpicos no es fácil; son cuatro años de preparación. En mi caso fueron tres ciclos olímpicos, 16 años de intentos y frustraciones hasta que finalmente logramos el pase a Río 2016», compartió con emoción.
Quiñones enfatizó que ese logro histórico fue resultado del trabajo en equipo y la unión del conjunto mexicano de voleibol. «Sabíamos que era nuestra última oportunidad, pero estábamos centrados en el mismo objetivo. Punto a punto, fuimos cumpliendo metas hasta conseguir ese pase histórico para México», explicó.
La clavadista Arantxa Chávez cerró las participaciones hablando sobre los desafíos de madurar lejos de su familia y la importancia de superar los obstáculos. «Caerse es parte del camino, pero levantarte con más fuerza es lo que te convierte en atleta, en persona y en ejemplo», comentó. La deportista recordó que su sueño olímpico nació cuando era niña al ver por televisión a los atletas mexicanos competir en Sídney 2000, momento que la inspiró a seguir el mismo camino.
La conferencia concluyó entre aplausos y mensajes de agradecimiento del público, que reconoció la trayectoria y el ejemplo de los cuatro deportistas. Todos coincidieron en un mensaje final: el verdadero triunfo no está solo en las medallas, sino en la constancia, la disciplina y el amor por lo que se hace. Sus testimonios quedaron grabados en la memoria de los jóvenes leoneses, quienes encontraron en estas historias olímpicas la motivación para perseguir sus propios sueños.






