La selección de Estados Unidos demostró una vez más su dominio en el baloncesto femenino Sub-17 al conquistar su sexto título mundial en el campeonato que finalizó este domingo en León, México. Las estadounidenses no tuvieron rival en el torneo y se impusieron con autoridad en la final a Canadá por un marcador de 84 a 64.
Desde el salto inicial, las estrellas y rayas dejaron claro su objetivo de revalidar el título obtenido en 2022. Con un juego sólido y efectivo en ambos lados de la cancha, las estadounidenses tomaron una ventaja temprana que supieron mantener durante todo el encuentro.
Canadá intentó responder y acortó la diferencia en el tercer cuarto, pero la experiencia y el talento de las estadounidenses fueron demasiado para las canadienses. Estados Unidos cerró el partido con un parcial de 22-12 para asegurar una cómoda victoria y confirmar su hegemonía en esta categoría.
McKenna Woliczko lideró el ataque estadounidense con 23 puntos, mientras que Jordyn Wheeler fue la mejor anotadora de Canadá con 13 puntos.
«Estoy muy orgullosa de este equipo», dijo la entrenadora estadounidense Dawn Staley después del partido. «Han trabajado duro durante todo el año y se merecen este campeonato. Son un grupo de jugadoras increíbles y han demostrado lo mejor del baloncesto estadounidense al mundo».
Este triunfo marca la sexta medalla de oro para Estados Unidos en la historia del Campeonato Mundial Femenino Sub-17. Las estadounidenses solo han fallado en subir a lo más alto del podio una vez, en 2016 cuando se quedaron con el bronce.
El Campeonato Mundial Femenino Sub-17 se celebra cada dos años desde 2010 y reúne a las mejores selecciones nacionales del mundo en esta categoría. La edición de 2024 fue la primera que se celebró en México y también la primera que se disputó fuera de Europa.
Con esta nueva victoria, Estados Unidos reafirma su condición de equipo dominante en el baloncesto femenino Sub-17. Las jóvenes promesas que brillaron en este torneo son la base del futuro del equipo nacional y auguran un nuevo capítulo lleno de éxitos para la dinastía estadounidense.
Jugadoras como McKenna Woliczko, Aaliyah Edwards, Chloe Moore y Sonia Citron son algunos de los nombres a los que debemos prestar atención en los próximos años. Estas jóvenes talentos ya han demostrado su valía en el escenario internacional y tienen el potencial para convertirse en las próximas grandes estrellas del baloncesto estadounidense.
El futuro del baloncesto femenino en Estados Unidos está en buenas manos. Con una cantera inagotable de talento y un programa de desarrollo sólido, las estadounidenses seguirán siendo la fuerza dominante en esta categoría durante muchos años más.