Redacción (Agencias).- En una noche histórica para el beisbol mexicano, Víctor González y Julio Urías resultaron ser fundamentales en la victoria de los Ángeles Dodgers que les significó su séptimo Clásico de Otoño, luego de una larga sequía de 32 años.
González registró una noche de tres ponches en una entrada y un tercio, para agenciarse el triunfo, mientras que Urías cerró el encuentro y logró el salvamento en 2 episodios y un tercio con cuatro chocolates, durante la victoria 3-1 de los Dodgers sobre los Rays de Tampa Bay, en el sexto y que resultó del definitivo partido de la Serie Mundial 2020, para que los angelinos se llevaran la serie 4 juegos contra 2.
El equipo angelino, que durante la reducida temporada regular habían tenido la mejor marca de las Grandes Ligas, y disputaban por vigésima cuarta vez el Clásico de Otoño, anteriormente lo habían ganado en las ediciones de 1955, 1959, 1963, 1965 y 1981.
El jardinero derecho Mookie Betts, el gran fichaje del pasado descanso invernal mediante el traspaso que cerraron con los Medias Rojas de Boston, fue el gran héroe del partido al anotar la carrera de la ventaja en la parte baja de la sexta entrada y en la octava sentenció con jonrón solitario.
Por su parte, Víctor González (1-0), que fue el quinto de los siete lanzadores que utilizaron los Dodgers, trabajó una entrada y un terció para sacar el tercer “out” del quinto episodio y los tres del sexto con una labor perfecta de tres ponches tras realizar 18 lanzamientos y 12 fueron a la zona del “strike”.
Urías se encargó de sacar los últimos siete “outs” del partido con otra labor magistral desde el montículo del Globe Life Field, de Arlington (Texas), sede burbuja neutral de la Serie Mundial, y se quedó con el rescate. Urías abanicó a cuatro bateadores rivales de los Rays después de realizar 27 lanzamientos y 19 fueron “strikes”.
La derrota se la quedó el también relevista Nick Anderson, que permitió la carrera de la ventaja de los Dodgers, la segunda que anotaron en la parta baja de la sexta entrada.
Anderson le había quitado la pelota al abridor estelar, el zurdo Blake Snell, que lanzó cinco entradas en blanco, pero en la sexta dejó al receptor de los Dodgers, Austin Barnes en circulación y con el lanzamiento salvaje del relevista de los Rays llegó la anotación del empate y el comienzo del fin para los Rays.
El jardinero izquierdo, el novato cubano Randy Arozarena, con su décimo cuadrangular de los playoffs/Serie Mundial, nueva marca en la historia del Clásico de Otoño, un bambinazo solitario en la primera entrada contra el abridor de los Dodgers, Tony Gonsolin, le había dado la ventaja a los Rays (0-1).
Pero no fue suficiente para evitar la derrota y la eliminación de la 116 edición de la Serie Mundial, en la que buscaban su primer título de campeones de las Grandes Ligas después de haber debutado en el Clásico de Otoño, en la del 2008 que también perdieron frente a los Filis de Filadelfia.